lunes, 21 de febrero de 2011

Compromiso

Te adjunto un fragmento del libro “Las claves del talento” de Dan Coyle. En el expone que para avanzar en el ejemplo que cita (aprendizaje de un instrumento musical, por parte de un niño) es más importante el compromiso (incluso tácito) que las horas dedicadas. La gráfica recoge el desempeño tras los primeros 9 meses de práctica.

  
 Se les pidió a los alumnos que eligieran una respuesta a la pregunta, ¿cuánto tiempo creéis que vais a tocar vuestro instrumento? (las opciones eran: durante este año, durante la escuela primaria, durante el instituto, toda mi vida) y sus respuestas se clasificaron en tres categorías: compromiso a corto, a medio y a largo plazo.

     McPherson formó grupos con los chicos según el tiempo que cada uno de ellos dedicaba a practicar semanalmente: bajo (veinte minutos por semana), medio (cuarenta y cinco minutos por semana) y alto (noventa minutos por semana).  Después, comparó los resultados con su rendimiento en una prueba de habilidad.  El gráfico resultante tenía este aspecto:

     Cuando McPherson vio el gráfico se quedó estupefacto.

 No podía creer lo que estaba viendo, dijo.

El progreso de los chicos no estaba determinado por ningún rasgo o aptitud, sino por la idea de compromiso que ya tenían antes de comenzar sus clases.  Las diferencias eran notables: con la misma cantidad de práctica, el grupo comprometido a largo plazo superaba en rendimiento al grupo comprometido a corto plazo en un 400 por ciento.  El grupo comprometido a largo plazo, con apenas veinte minutos de práctica diaria, progresó más de prisa que los chicos comprometidos a corto plazo que practicaban durante una hora y media cada semana.  Cuando el compromiso a largo plazo se combinaba con altos niveles de práctica las puntuaciones se disparaban.