lunes, 16 de mayo de 2011

Perdón: Consejo de San Agustín

“Si un hombre malo te ofende, perdónalo, para que no haya dos hombres malos"
 Podemos creer que perdonar es aceptar la mala conducta del otro. ¿Que nos pide Jesús al pedirnos que perdonemos? Cuando le presentaron una mujer sorprendida en adulterio, Jesús la perdonó. Pero no justifico su mala conducta, ni le dijo que estaba bien lo que había hecho. Al contrario, le dijo: "vete y de ahora en adelante no peques más". (Jn 8, 3-11)
Perdonar no es disculpar o justificar las faltas. Aun cuando el otro es culpable, uno debe buscar perdonarlo, porque de esa manera nos libramos de un sentimiento de frustración que puede intoxicarnos. El perdón es ante todo una decisión personal. El perdón es algo que uno realiza en su interior, mediante un diálogo con Dios. ¿Cómo sabemos que hemos perdonado? Porque ya no le deseamos mal alguno a esa persona. El rencor nos hace mayor daño a nosotros. La persona que nos ofende ni se entera de nuestra falta de paz por su culpa y si lo hace igual es feliz por ello. Perdemos el sueño, vivimos con rencor y ¿a quién hacemos mal?  A nosotros. Perdonar es soltar de la mano una brasa encendida, que asimos tontamente en algún momento de la vida y que nos lacera y nos quita las ganas de vivir.


Si en algo te he ofendido, te pido perdón! 
Si en algo me has ofendido, te perdono! 
Ya somos LIBRES